A inicios de la década de los 90, el filósofo italiano Gianni Vattimo, señalaba que la hermenéutica parecía constituirse en la koiné de la cultura de la época. Aparecía así como un lenguaje común, un interés público. Este acontecimiento, a su juicio, implicaba también una serie de problemas, entre ellos, la cómoda y superficial lectura que reducía a la hermenéutica a una mera apología de la multiplicidad irreductible de las culturas. Y por otro lado, el riesgo de convertir a esta en una nueva metafísica. A raíz de ello, se hacía necesario precisar y radicalizar la hermenéutica, su concepto y su tarea.

El presente programa se propone introducir a los estudiantes en la hermenéutica filosófica haciendo foco en tres áreas donde ésta ha tenido sus mayores desarrollos contemporáneos: la ontología, la epistemología y la ética, pese a que en sus inicios, esta disciplina y corriente de pensamiento se ha propuesto como una techné de la interpretación de textos orientada a la comprensión y producción del sentido. La importancia de la hermenéutica radica no sólo como mero método exegético (literario, bíblico, jurídico), sino también como metodología propia de las Ciencias Sociales y Humanas –cuando no también de las Naturales– y, más importante aún, como una forma de existencia específicamente humana donde la interpretación nos constituye al tiempo que forma parte del horizonte de comprensión del mundo, de la vida, de sí mismo y del otro. En consecuencia, la hermenéutica rebasa los casilleros metodológicos y ontológicos para ponerse a tono en la vida práctica. Es en este último sentido que la hermenéutica es una prâxis. Y en tanto tal, la hermenéutica cobra una importancia especial para poder pensar la democracia, y para pensar el mundo políticamente. Por tal motivo, más allá de los tres ejes señalados, el programa cierra con un epílogo que pretende dar cuenta del aporte que la hermenéutica puede brindar en la actualidad ante la coyuntura política.